Mouchette es una obra de hip hop instrumental recreada en la Francia pretérita, a considerable distancia espacio-tiempo del lugar en la que fue pensada y concebida, Málaga.
Arte y cine francés como hilo inspirador y argumental del nuevo trabajo de Manu Beats, insigne productor musical afirmado en la vertiente más subterránea del hip hop nacional. Si su nombre te viene de nuevo, haciendo una mínima investigación online acabarás asociándolo con algunos de los liricistas más incisivos de por aquí.
El disco que nos ocupa y que prolonga una serie que va viendo la luz vía el impulso de Ruanda Records, es sobre todo sensorial. Su autor ha querido dotarlo con facultades sonoras y visuales que confluyen en lo emocional. Porque Mouchette es media hora de armonía pero también de inseguridad. De júbilo y de introspección. Música con una intención cinematográfica, que arrastra al que lo escucha, auriculares en ristre, a un paseo otoñal serpenteando entre neones y olor a curry por las calles de Montmartre o a cavilar, detectando a lo lejos sirenas, motores y calma tensa sentado en un banco de los jardines de Tuileries parisinos. Media hora de evasión de los días confusos e incómodos del presente.
La salida de Mouchette, además de la experiencia de escucha, nos ha brindado la oportunidad de conectar con Manu Beats para desgranar detalles del disco e inquietudes de un creador acostumbrado a internarse en zarzales espinosos para traernos rosas, en esta ocasión en formato vinilo.
¿Qué significa Mouchette y por qué el nombre o expresión hace de título del disco?
Mouchette es el nombre de la niña protagonista de la película con el mismo nombre dirigida por Robert Bresson en 1967. La vida de Mouchette es una tragedia y Bresson captura eso de una forma muy pura. Creo que este trabajo transmite eso.
Cuando estaba en proceso de búsqueda de nombre para el trabajo tenía ya clara la imagen de portada y el primero que se me ocurrió fue «Liberté», pero me gustaba más cómo sonaba Mouchette, y a la par sabía que estaría haciendo un guiño a Robert Bresson, que era algo que me apetecía.
¿Qué circunstancia despertó la admiración por el arte, el cine y la historia de Francia que impregna Mouchette de principio a fin?
Estoy enamorado del cine francés que se empezó a desarrollar entre mediados y finales de los 50 y que terminaría por explotar a comienzos de los 60. Creo que, en lineas generales, durante los 50 y los 60 hay una explosión de creatividad y se producen algunas de las mejores obras maestras del cine, que aún vistas hoy siguen siendo atemporales. Algunos siguieron creando obras con esa característica entre los 70 y los 80 pero lo que ocurrió a mitad de los 50 y en la década de los 60 puede que no vuelva a repetirse jamás.
Por otra parte siempre me ha llamado la atención Francia y la Revolución; las cabezas cortadas con la guillotina, el ambiente artístico que había en una determinada época, la sensación de libertad que transmitían en todas sus artes, la figura de Serge Gainsbourg y su Histoire de Melody Nelson, las ilustraciones de Mœbius, la animación de René Laloux, el cocodrilo de Lacoste, los cigarrillos Gitanes y más.
¿Por qué “La Libertad Guiando al Pueblo” de Delacroix para la portada?
Tenía claro desde el principio que la portada tenía que ser la imagen de un cuadro, sin lettering encima ni nada, que al verlo en miniatura, como se suele ver en las plataformas digitales, me siguiera gustando lo que transmitiera. Haciendo diggin’ de pinturas francesas, al llegar a “La Libertad Guiando al Pueblo” de Delacroix vi claro que esa pintura me transmitía muchas cosas: libertad, revolución, violencia, la bandera de Francia; era perfecto para el concepto del trabajo instrumental centrado sólo en ese país.
Para Lupin III te inspiras en una serie de anime japonesa, en Manila te sumerges en la música tradicional filipina y ahora elegiste Francia, concretamente su filmografía y arte. Comenta esa preferencia por buscar y hallar las piezas del puzzle que armarán tus discos en terrenos exóticos o poco explorados.
Realmente siempre me mueve lo mismo, para mí es un juego. De Filipinas me movía que nadie había hecho un disco instrumental centrado en ese país. Me motivaba mucho dedicar muchas horas de diggin’, encontrar cosas que me inspiraran a crear un buen disco instrumental, a la altura.
Con Turquía, lo mismo, ese disco no lo saqué en físico, pero realmente el proceso de trabajo que realicé fue el mismo que con Manila o Mouchette, salvo que no quise trabajar mucho la parte visual para poder sacarlo en el momento.
Sin embargo Francia es un país muy explorado, tenía que hacer un trabajo de diggin’ mucho más grande para intentar encontrar cosas que no estuvieran sampleadas todavía y así darle autenticidad.
Te has vuelto a asociar con Ciclo, Sceno y Ruanda Records en vez de colaborar con otros artistas y casa editora.
Son mi gente de confianza en Málaga, ya estaba en Ruanda Records antes de que naciera el sello. Ciclo siempre ha apostado por mí para sacar y editar cosas, si no lo sacara en Ruanda Records lo sacaría por mi cuenta porque nunca otro sello se ha interesado por mi música.
Tu música, o al menos tus trabajos instrumentales, están complementados con tipografía e ilustraciones muy definidas. ¿Desde que estabas trabajando en Mouchette tenías claro que cada track iba a estar estar complementado con imágenes? Comenta acerca la idea de las animaciones creadas para las piezas de video que acompañan el disco. ¿Hasta qué punto estás implicado en ellas?
Quería que cada track tuviera visualmente lo que pidiera la música en cada momento. Hay un video que sirve de referencia e inspira el concepto de la animación que buscaba, se trabajó con esa referencia en un principio para encontrar un tono general y poder crear la animación. Luego se construye todo con las referencias de fotogramas de películas, fotografias sueltas y obsesiones que tenía en la mente para que Sceno dibujase y animase todo. Lo que quería dejar claro es que en la parte final, cuando se abren los ojos, se entendiese que todo lo que se había visto antes era un sueño, que a su vez representaba todas mis obsesiones, todo lo que me inspiró para completar Mouchette.
En un post reciente en tu Instagram dices que estás encantado de haber sacado tu primer disco en vinilo, ¿puedes extenderte sobre esa afirmación?
Es la primera vez que saco algo mío en vinilo. Lo cierto es que era algo impensable hasta hace poco, había que hacer una inversión importante y era arriesgado, pero como Ruanda Records estaba ya empezando a editar cosas en vinilo y aún tenía ahorrado dinero de los trabajos anteriores decidí que era el momento de pasar de los cassettes al vinilo, que era lo que siempre soñé editar.
En una entrevista que te hicieron hace 10 años hablabas del poco reconocimiento que tenía la figura del beatmaker en nuestro país, ¿crees que ha cambiado el panorama en ese sentido?
Supongo que algo sí ha cambiado. Durante estos años algunos artistas han llegado al mainstream en parte gracias a la labor de sus productores. Quiero intentar creer que el oyente a día de hoy ya es consciente de eso. Yo todavía tengo que luchar para que mi nombre aparezca al lado del nombre del tema que produzco. Se le sigue dando más importancia y visibilidad a las partes vocales que a la música pero sin música esas canciones no tendrían alma.
Habrán muchos oyentes a los que tu música les evoque calma y sosiego pero a otros les inspira ambientes de inquietud y escenarios dramáticos (como también mencionas en esa misma entrevista), una característica que parece que encaja ahora más que nunca con los tiempos opacos y de incertidumbre que vivimos, ¿qué opinas?, ¿qué sensación pretendes despertar con tu música?
Primero tiene que despertar algo en mí, tiene que transmitirme mucho para que algo mío me termine gustando. Normalmente me inspiran momentos en los que hay acordes/notas/melodías que transmiten profundidad/belleza, también me inspira crear atmósferas oscuras con un sample, donde poder encontrar verdad. Estados mentales o sentimientos que nos cuesta más mostrar, la cosa es buscar el tono más adecuado para retransmitir con la máxima exactitud la manera en la que se quiere expresar el alma en cada momento.
Me gustaría que la música que capturo despierte o haga sentir a los demás algún tipo de emoción parecida a lo que me hace sentir a mí.
La vida para mí es una tragedia, solo intento ponerle banda sonora.
Mouchette está disponible a través de Ruanda Records
Entrevista por John López
Fotografía 1 y front por Alejandro Valderas
Fotografía 2 por Mauricio Lagos
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